lunes, 2 de junio de 2014

El descanso del monarca.

Los reyes se quedan atrás, contemplando la batalla, 
mirando como se matan los unos a los otros, 
desde donde no les alcanzan las balas.
Los desdichados trabajan construyendo palacios y casas
donde los herederos juegan en las amplias estancias,
custodiados por los esbirros que los guardan.
El rey se retira a descansar de su ociosa actividad,
de viajes y comilonas, dejando en herencia la ruina
y el hambre de un país que por la justicia clama.
Se llevaron los tesoros, vaciaron todas las arcas,
para celebrar el gran día del descanso del monarca.
El hijo, que daba la talla, en lo físico porque siempre calla,
se alza, aún más, en el trono que el padre le regala.
Así se escribe la historia de España,
que todo el mundo conoce y a nadie engaña.

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